Con este otoño tan caluroso aún apetecen sesiones de terracitas, buenas vistas, vermut fresquito y domingos al sol. Con este plan en mente nos plantamos en Martínez, que nos recomendó Josep Mª Sanclimens de 5 a Taula.
Al llegar nos cautivaron las vistas al puerto de Barcelona, la puesta en escena también ayudó al flechazo… el ambiente te permitía sentirte como en un chiringito de Malibú: sombrillas de colores llamativos, mesas de madera, sillas de mimbre, camisas floreadas y cubos llenos de hielo picado!
Ojeamos la carta, no muy extensa pero cuidada. Nosotros nos decidimos por el menú cerrado de 40€, cerrado sí aunque las únicas opciones a decidir… fueron tarea difícil. Primer dilema: ¿Vermut Elixir Martínez made by Casa Mariol o Cervezita Moritz? Acompañamos la decisión de un ricas olivillas.
Continuamos con una tapita clásica ensaladilla rusa, una croqueta de Jamón de Guijuelo (muy melosa y bien frita) y cazuelita de mejillones de roca con cítricos. Para nosotras, la última tapa la mejor de la selección.
Con el plato principal, volvimos a tener dudas: a escoger 5 tipos de arroces o caldereta de bogavante y rape. Pedimos 3 tipos: el Señorito (Clásico, con todo peladito para evitar el uso de dedos y toallitas de limón tras acabarse el arroz), el Cañete (negro, con chipirones y corazones de alcachofas) y el Martínez (típico valenciano con carne y verduritas). Realmente, difícil darle premio ganador a uno. A los 3 les acompañaron un Afortunado (Vino blanco Verdejo que siempre sale bien entre amigos) y un Merlot de Casa Mariol. Acabamos nuestro menú con yogurt helado y topping de fruta fresca.
Realmente disfrutamos de una comida muy agradable. Se ha de reconocer que el clima tuvo un protagonismo importante en esta obra, pero Martínez supo ambientar la escena de maravilla y servirnos un festín con el que acabamos la semana con muy buen sabor de boca!